Se habla mucho de las épocas de vacas flacas en esto de emprender, pero nadie habla claramente de ellas. Nadie dice de qué color son las vacas, que a parte de flacas, te diré que son negras, como el azabache. 

Las vacas flacas no sólo son épocas de pocos ingresos, de los mismos gastos y de hacer equilibrios para hacer frente a los pagos, las vacas flacas están en los sueños. 

Muchas veces no contamos ovejitas para dormir. Sino que vemos como saltan la valla vacas escuálidas, de un negro intenso, y algunas, las cabezotas, intentan pasar por el medio de ellas…

¿Por qué? Porque tienen sueños, y quieren cumplirlos. Porque no se conforman haciendo caso al pastor, quieren pastar libres, pisando fuerte a pesar de sus patas delgadas, aunque les tiemblen. 

Las vacas flacas aparecen en ese momento en que quieres lanzarte a nuevas aventuras y algo te lo impide. Normalmente, es la pasta… que al igual que el pasto de las vacas, no siempre es verde ni abundante. 

Aquí es cuando las vacas adoptan el complejo de hormiga, y poco a poco van guardando el pasto, empiezan a racionar y descubren que los sueños se pueden hacer realidad. 

Si vas por el monte, ves pastos verdes con vacas, y ves a una solitaria, lejos de las otras, con un brillo intenso en los ojos azabache, y pisando firme, esa vaca es la que merece ‘la foto’. Ella es la solitaria, la que abandona, la que arriesga, la que no obedece, y la que pasta libremente.

Me encantan las vacas flacas y solitarias, me encantan porque ellas suelen dar paso a nuevos caminos y nuevas sendas que hasta la fecha, parecían intransitables. 

¿Y tú? ¿Cuántas vacas sueñas cada noche?